Letra La Rosa Perenne

Doña Encarnación Velásquez
guardó aquel vestido blanco
por años, junto a sus sueños,
con ilusión de estrenarlo
y es así que fue sumando
bordado sobre bordado.
Burguesamente aburrida
Su vida se fue enhebrando
entre dulzura y letargo.
Hoy ya pisa los setenta
sin saber del "desengaño"
pues nunca ha amado y por tanto
nunca nadie le ha hecho daño.
Como una rosa perenne
ella perfuma sus años.
Ya no espera a su "mancebo"
sobra con imaginarlo,
lo mismo que su vestido,
que ha dejado de bordarlo.
Su vida ya es solo un sueño
y lo que cuenta es ... soñarlo.