San Juan se me vuelve tonada en la voz
(y las diurnias acequias reparten
(el grillo de mi corazón.
Yo que vuelvo de tantas ausencias
y en cada distancia me espera un adiós,
a tus tardes, San Juan,
cuando junte el otoño melescas
de soles allá en el parral.
Volveré siempre a San Juan
a cantar.
I Bis
Un poniente de largos sauzales