Cansado ya de rodar el mundo
vuelvo a los lares del dulce ayer
con sueños muertos, triste errabundo,
buscando alivio a mi padecer.
mi vieja casa, la verja, el rosal
y el arroyuelo con sus aguas claras,
espejo del cielo y del saucedal,
sólo el sendero que flores ornaba
casi no aparece entre el carrizal.
II
Ese camino, que solitario
llena de penas y de nostalgias mi corazón
fue en otros tiempos como santuario
de aquel cariño que veneraba con devoción.
Ese sendero nos vió dichosos,
siempre felices de amor, riendo juntos los dos
abandonado, triste y ruinoso
parece muerto desde esa tarde de nuestro adiós.
I