Una tarde en la playa
mirando ponerse el sol,
admirando quedé,
la grandeza de Dios.
Él que creó a los hombres
y este mundo les dio;
por sus obras creí en Él,
pero me pregunté…
/ ¡Oh! ¿Dónde, dónde está Dios?
Sé que todo lo ha hecho Él,
pero ¿dónde, dónde está Él? No lo sé./
Y comencé a buscar
a los hombres que hablaban de Él.
Está aquí, está allá,
miré pero no vi nada.
Entonces tristemente
a la playa regresé;
vi a un niño jugar
en la arena, y me acerqué.
/ ¡Oh! ¿Dónde, dónde está Dios?
Sé que todo lo ha hecho Él,
pero ¿dónde, dónde está Él? No lo sé./
El niño sonriendo,
me dijo: “Yo le encontré,
vive dentro de mí,
desde que en Él creí.”
Y allí mismo en la arena
un largo rato lloré,
destruyendo mi yo,
hasta que nació Él.
/ ¡Oh! Hoy Dios vive dentro de mí.
Sé que él vive dentro de mí,
desde que, como el niño aquél, en Él creí. /