Permita señoria que antes de dictar sentencia
en el prime time bendito de su audiencia
alegue militancia al whisky y los hoteles
con suite nupcial para esposos infieles
que aunque la prensa insista le juro por mis suegros
que es de otro la cancion de los doscientos negros.
Que nunca fui racista
que me la soplan dios, la patria y el rey.
Que soy republicano,
me cago en gran hermano y en ot.
Frecuento malos bares, garitos innombrales
Ahora condeme por crápula y obsceno.
O absuelvame en el hueco de sus senos.
En serio magistrada me saca usted de quicio
me acepta una copita cuando acabe el juicio.
Después de un beso de esos que el corazón ahoga
a cambio le prometo hacerle una canción bajo su toga.