Si nadie quiso el daño y el partir,
a quién cargar las culpas del error,
porque la tarde enfureció su gris.
En vano yo he buscado otro fulgor,
por mitigar al sueño y al splind,
si ya por Abril creí sentir su olor.
Y ahora que quiero un pasaje de ida ese tren no va,
cambió su itinerario, ese tren no va, no va.
Hoy miro soledades donde nadie mira temiendo llorar
tristeza en los andenes que ni el tren ya quiere volver a mirar.
Quién nos tiró al piedra y el dolor,