Duro invierno,
mientras en el surco,
la semilla muere.
Cómo perlas cubiertas de rocío
maduran los racimos.
En el viento del verano
ondulan los trigales
tendremos pan y vino.
Te ofrecemos, oh, Señor
nuestras vidas que traemos.
Y bendice el pan y el vino
que también hoy nos has dado.
Te ofrecemos, oh, Señor