Una mirada se enciende
y es un rayo de luz penitente
como una eterna caricia
desafiando el calor de la muerte
y ella gira como el viento,
como un ave en pleno vuelo.
Y asì se vuelve distancia,
Y a la noche mi dolor
se hace al mar de su cuerpo;
pero su alma sabe a alcohol
y aqui voy peregrino al sol,
de sus misterios que se van yendo.
Vuelve tranquila descalza,