No tengo soledad para escapar de ti,
ni estrellas que bajar para llorar por ti,
soy casi el invierno azul de tus palabras
tú la primer versión de una boca por mi espalda.
Te espero sin saber si vienes o te vas,
si he sido tu porqué o sólo la mitad,
no sé si tras de tu mar me espera el infierno,
si el cuento esta al empezar o se nos muere a ras del suelo,
¿y sin tus labios quién soy yo después de ti?,
si te me vas, si te me vas.
Estoy aquí, sin tu mirar,
hablándole al espacio vacío de tus brazos,
estoy aquí, una vez más,
sin entender que diablos pasa,
como fantasma de palabras,
con la marea envuelta en sombras,
con el sabor de la derrota,
pidiendo al viento que se lleve tu mirada,
solo, sin ti.
En medio de los dos grandes distancias
que anudan la verdad en mi garganta,
y en una sonrisa más escondo mis lágrimas,
y miento que te olvidé
aunque me partas en diez mil el alma,
¿y sin tus labios que soy yo después de ti?,
si te me vas, si te me vas.
Estoy aquí, sin tu mirar
* Transcripción dedicada a la dama plateada de la noche.