Siempre, como ya es costumbre día a día es igual
no hay nada que decir, ante la gente es así
amigos, simplemente amigos y nada más.
Pero quién sabe en realidad lo que sucede entre los dos
si cada quién llegando llegando la noche finge un adiós.
Cuánto daría por gritarles nuestro amor
decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control
que despertamos abrazados, con ganas de seguir amándonos
pero es que en realidad no aceptan nuestro amor.
Y siempre, con miradas siempre nos damos todo el amor
hablando sin hablar, todo es silencio en nuestro andar
Cuánto daría por gritarles nuestro amor
decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control