Rosa vende sueños en las calles de la ciudad,
pañuelitos descartables, igual que las lágrimas que secarán,
lapiceras con las que yo escribo alguna canción,
peines que descansan en el bolsillo trasero de tu pantalón.
Sábados, domingos y también fiestas de guardar,
dice que trabaja unas diez horas pero yo la he visto mucho más.
Estr.
Miles de niños como Rosa caminando las calles
algo a todos también nos toca, sin entrar en detalles
Juegan que trabajan a ser un vendedor ambulante
los domingos el paraíso suele estar tan distante
Sean eternas las monedas que supo conseguir,
Rosa vende sueños en las calles de la ciudad,
pañuelitos descartables, lapiceras, peines y quizá algo más