Devoción como glándula de mi fe
Voluntad musculo de mi libertad
Queriéndome, curándome, soñando me otra vez
Compasión válvula de mi oración
Humildad, llave de mi serenidad
Mostrándome, soltándome, abriéndome otra vez
No hay nada en el mundo más bello que ese primer beso
Más terso, más puro, más tierno que el brillo del momento
Rayamos las nubes con lenguas rellenas de anhelos
Comimos relámpagos diáfanos bebimos truenos
Oooooooh!
Queriéndome, cuidándome, soñando me otra vez
Oooooooh!