Cuando salí de mi casa
sentí una angustia tan cruel
que no paso mucho tiempo
sin que quería volver.
Siempre pensaba en mi padre
y en mis hermanos también
y en mi santa madrecita
que allá llorando dejé.
Señora de los caminos
guiame siempre por el bien
y que yo nunca me olvide
de los que supe querer.
Y si algún día yo me olvido
no me perdonen jamás
porque olvidar a una madre
no se puede perdonar.
Padre tú que siempre fuiste
de respeto en la moral
y de tí querida madre
un gran cariño de verdad.
Señora de los caminos
guíame siempre por el bien
y que yo nunca me olvide
de los que supe querer.
Y si algún día yo me olvido
no me perdonen jamás
porque olvidar a una madre
no se puede perdonar.