Prometo no volver a suplicar nunca por nadie
Intentaré no confundir los sueños por soñarte
No seguiré esperando cada noche a los piratas
Que hunden cada barco que relleno con mi alma
Si no me queda tiempo para ti pretendo
Que no me importe el daño reservado tanto tiempo
Perdóname por no intentar luchar siempre a tu lado
Ya no me quedan miedos y entusiasmos malpagados
Hoy quiero asegurarme que escuchas las miradas
Que por mi boca salen dibujadas con palabras
No habrá nada peor que el llanto incierto asegurado
Ni habrá mejor olvido que mi risa entre tus brazos
Recojo los silencios que perdí por cobardía
Mientras suenan golpes secos de tu olor en la mesilla
No quiero que se pierdan las miradas pero veo
Que el amor tantas veces no se habla y no lo entiendo
Confieso que fui yo quien más perdió esa mañana
Y que tú ganaste al fin la libertad sin desearla
No puedo azucarar la inmensidad que ahora me falta
Pero veo que es más fácil ignorar
Promesas y promesas, dulces, cálidas, perdidas