Donde el río se queda y la luna se va, donde nadie ha llegado
ni puede llegar, donde juegan conmigo los versos en flor,
tengo un nido de plumas y un canto de amor.
Tú, que tienes los ojos mojados de luz y empapadas las manos
de tanta inquietud, con las alas de tu fantasía me has vuelto
a los días de mi juventud.
Pequeña, te digo pequeña, te llamo pequeña con toda mi voz,
mi sueño que tanto te sueña te espera, pequeña, con esta canción.
La luna, qué sabe la luna, la dulce fortuna de amar como yo
mi sueño que tanto te sueña te espera, pequeña de mi corazón.