Letra de
María Colombo

De pequeña
aprendiste que Gabriela era tu nombre
y empezaste a caminar con él.
Y en tus juegos
y en tu risa de muchacha adolescente
fue el candombe una señal desde tu piel
a los duendes morenos de tu pies.
En tus caderas todo el Barrio Sur bailó
cuando el embrujo del tambor
te fue a llamar.
Y aquel nombre te siguió cuando después
fuiste la reina y la vedette
de un carnaval
y tus manos se echaron a volar.
Mas la vida
demostró que el carnaval sólo es un sueño
y otra dura realidad golpeó.
Y emigraste
golondrina que va en busca de otros cielos
te alejaste de tu calle y tu ciudad.
Y entre la plancha y los inviernos se escondió
aquel Gabriela que hasta ayer
te acompañó.
Y este María Colombo que nació
todos tus días te robó
y te tuviste que olvidar
de tu nombre y tus ansias de volar.
Pero hay noches,
esas noches que aparecen los tambores
y es Gabriela la que baila sin parar.
Y se cimbra,
como un junco sus caderas y sus piernas
y Gabriela ríe y baila una vez más
y sus manos se sueltan a volar
y sus manos se sueltan a volar
y sus manos se sueltan a volar.