Malena canta el tango como ninguna, y en cada verso pone su corazón,
al yuyo de suburbio su voz perfuma. Malena tiene penas de bandoneón,
tal vez allá, en la infancia,
su voz de alondra, tomó ese tono oscuro de callejón
o acaso aquel romance que sólo nombra cuando se pone triste con el alcohol
Malena canta el tango con voz de sombra, Malena tiene pena de bandoneón.
Tu canción tiene el frío del último encuentro.
Tu canción se hace amarga en la sal del recuerdo.
Yo no sé si tu voz es la flor de una pena, sólo sé
que al rumor de tus tangos, Malena, te siento más buena, más buena que yo.
Tus tangos son criaturas abandonadas que cruzan sobre el barro del callejón,
cuando todas las puertas están cerradas y ladran los fantasmas de la canción.
Malena canta el tango con voz quebrada, Malena tiene pena de bandoneón.