Como una tarde tranquila,
como un suave atardecer,
era tu vida sencilla
en el pobre Nazaret;
y en medio de aquel silencio,
Dios te hablaba al corazón.
Virgen María,
danos tu silencio y paz
para escuchar su voz. (bis)
Enséñanos, Madre buena,
Como una tarde tranquila,
como un suave atardecer,
era tu vida sencilla
en el pobre Nazaret;
y en medio de aquel silencio,
Dios te hablaba al corazón.
Virgen María,
danos tu silencio y paz
para escuchar su voz. (bis)
Enséñanos, Madre buena,