Nunca hay un grito de más
ni pañales que lavar
ni un ascensor muy ocupado
ni un amante.
Y no hay pudores que ocultar
ni excusas raras para amar
ni una palabra que me acerque
hasta tu voz.
Pero es así la casa huele a rosas y a alcauciles
y yo festejo otro cumpleaños, otro más.
Pero es así son sueños de color como guirnaldas
son sólo sueños incompletos, nada más.
Nunca hay un beso de más
ni caricias que entregar
ni una sonrisa dibujada
ni un sedante.
Y no hay un velo de tul