Por todas las partes la busqué
que suerte que no la encontré,
porque yo no era yo, la rabia me cegó.
Yo que mi corazón le di
tan sólo en cambio recibí
un puñal de traición, que en mi espalda clavó.
Abandono mi nido y me dejó con las manos vacías
y detrás de sus pasos corrieron locas las ansias mías,
con los brazos abiertos en par en par como quien implora
yo lloré porque a veces también los hombres de rabia lloran
Yo comencé a caminar
sin conocer aquel lugar
pues pedí la razón, desde que me dejó.
No hallaré en otros labios el calor tierno que ella me daba,
aún estoy viviendo con el recuerdo de su mirada,
con los brazos abiertos en par en par como quien implora
yo lloré porque a veces también los hombres de rabia lloran.
Abandono mi nido y me dejó con las manos vacías
y detrás de sus pasos corrieron locas las ansias mías,
con los brazos abiertos en par en par como quien implora
yo lloré porque a veces también los hombres de rabia lloran
Abandono mi nido y me dejó con las manos vacías
y detrás de sus pasos corrieron locas las ansias mías,
con los brazos abiertos en par en par como quien implora
yo lloré porque a veces también los hombres de rabia lloran
con los brazos abiertos en par en par como quien implora
yo lloré porque a veces también los hombres de rabia lloran