No sales nunca en las conversaciones,
entre nosotros nadie habla de ti,
es la verdad.
No digo esto para impresionarte,
veo aquellas horas descendiendo,
cada día un piso más.
Te he dedicado líneas sin sentido,
líneas que sin puntos son abismos,
te podrías asomar.
Sin dudar yo lo haría de ti.
¿Comprenderás si te hablo así?
¿Te ofenderás? Lo conseguí.
Ya no eres más que sombras.
Quizás te estoy mintiendo,
resulta que no puedo aceptar
que aún te eche de menos
y que este menos vaya aún a más.
Y ahora miento casi siempre, todo el mundo lo hace,
engaño a otros y me engaño a mí.
¿Para qué diablos sirve la verdad?
Y mis naves ya se hunden sólo al mencionarte,
naves que se hunden, os saluda
digno y roto el capitán.
¿Comprenderás si te hablo así?
¿Te ofenderás? Lo conseguí.
Ya no eres más que sombras.
Estás hablando para nadie, basta, ¡cállate!
Estás perdiendo el juicio, ya no hay nadie aquí.
Pero si me has escuchado, vamos, ¡largate!
O quédate, mi sombra. ¿Y si a cambio te lo digo una vez más?
Ya ves, te estoy mintiendo,
ya ves, no lo he podido aceptar,
que aún te eche de menos
y que este menos vaya aún a más.
Cada vez que te recuerdo viene a mí una imagen,
éramos tú y yo de safari en el parque.