Mi tierra llora la ausencia
del criollo que se ha ido
el surco perdió vigencia
el campo se haya dormido.
EL verdor que otrora había
se ha trocado en soledad
y los ranchos olvidados
son la triste realidad
y los ranchos olvidados
son la triste realidad.
II
Cómo puede consolarse
una tierra abandonada
cuánta angustia ver marcharse
a sus hijos en bandadas.
Cómo pueden olvidarse
del terruño primoroso
sus costumbres relegarse
por fulgores engañosos.
I