Cultive buenas maneras
para sus malos ejemplos
si no quiere que sus pares
le señalen con el dedo.
Cubra sus bajos instintos
con una piel de cordero.
El hábito no hace al monje,
pero da el pego.
Muéstrese en público cordial,
atento, considerado,
cortés, cumplido, educado,
solícito y servicial.
Y cuando la cague, haga el favor
de engalanar la boñiga.
"¡Que lindo caga el señor!"
Hágame caso y tome ya
lecciones de urbanidad.
Tenga a mano una sonrisa