Lastima, bandoneón,
mi corazón
tu ronca maldición maleva
Tu lágrima de ron
me lleva
hasta el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva.
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo, todo tan fugaz
que es una curda, ¡nada más!
Mi confesión.
Contame tu condena,
decime tu fracaso,
% %
que me ha heri do?
Y hablame simplemente
% %
tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que me hace daño!
% %
llorando mi sermón de vi no!
Pero es el viejo amor
que tiembla, bandoneón,
y busca en un licor que atur - da,
la curda que al final
termine la función
corriéndole un telón al corazón.
Un poco de recuerdo y sinsabor
gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor y arrea
la tropilla de la zurda
al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal
que arrastra el sol
su lento caracol de sueño,
¿no ves que vengo de un país
que está de olvido, siempre gris,
tras el alcohol?
Contame tu condena,
decime tu fracaso,
% %
que me ha heri do?
Y hablame simplemente
% %
tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que me hace daño!
% %
llorando mi sermón de vi no!
Pero es el viejo amor
que tiembla, bandoneón,
y busca en un licor que atur - da,
la curda que al final
termine la función
corriéndole un telón al corazón.
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