La misma tarde que me cambié de
casa compartí una
La había acosado y su depresión había agudizado
Primeros días, tranquilidad soñada
Justo todo lo que necesitaba
Siempre uno piensa al demonio en masculino
Y un fin de semana, no estando yo
Presté la cabaña a una chica amiga de mi hermana
Era una estudiante que necesitaba soledad
Para terminar no sé qué cosa Y el domingo
-Hoy cómo te fue? -le pregunté-. Cundió el fin de semana?
Dijo que no. -Claro que no!, sí hay algo en esta casa.
Que cómo podía vivir así
Reí gozoso exageradamente
Apenas pude ya disimular
La envidia corrosiva y el deseo
De hacer contacto yo también
Pero otros varios meses pasaron, ya me olvidaba del asunto
Hasta que una noche, tras lavarme la cara
Mientras me revisaba un párpado herido
Brotaron del espejo dos ojos amarillos
Y abajo una fila interminable de colmillos
-Y tú? -pregunté-. Qué estabas esperando?
-A una mujer
-Bueno, y cuál es el problema conmigo?, es que acaso no te sirvo?
Entonces se calló, el aire se endureció
Entonces comprendí, que estaba interesándose por mí
Me sentí observado, por primera vez realmente observado
Y yo me excitaba, envuelto en su suave mirada
Me sentí observado, observado de pies a cabeza
Y un eco, eco, eco, eco, como el de una iglesia~
Y desde entonces se hizo más notorio
Una llave de agua se abre
Y en la noche la opresión sobre el pecho
De un costal inmaterial
De un costal que gradualmente
Se va haciendo más real
Se va haciendo más pesado
Se hace tejido carnal
Se hace dueño y se hace esclavo
Se va haciendo más real
Se va haciendo más pesado
Se hace tejido carnal
Se hace dueño y se hace esclavo
Siento su transpiración
Siento el peso de su cuerpo