Encapsulado de tu olvido, escapulario del sol.
Escapando del barrio siempre vuelvo a vos.
Amarillo de hojas secas, que queman al atardecer.
Ahora que me descuido tengo a donde volver.
Enfriando las madrugadas, que nunca terminan bien.
Pegoteado en esta esperanza emparchada.
Vuelvo a perder, quiero saber.
¿Hasta dónde el delirio?. ¿Hasta donde el martirio de este amanecer?
No hay volcán que me provoque, ni que me aplaste contra la pared.