A pesar de mi cansancio y mis locuras,
De mi evidente insurrección en Do mayor;
De mi lista interminable de preguntas;
Yo quiero estar contigo hasta cuando salga el sol.
Y a pesar de mi canción sin partitura
Y de mi verso que no admite inquisidor;
De mi voz que no quiere callar sus dudas;
Yo quiero estar contigo hasta cuando salga el sol.
Y hablo de pastores que no avanzan,
Más aún, vigilan, salvaguardan
Que los profetas sean sumisos
Y que el amor hable en voz baja;
Tal prudencia es un Caifás de nuestro siglo.
Y hablo del rugir de una guitarra,
Gritos que queman la garganta;
De los mensajes no leídos,
De los cambios por obra y gracia,
Y de un sacramento solo masculino
Pero a pesar de los hermanos que procuran
Hacer el bien desde otras casas del Señor
Y nos brindan su amistad y su ternura,
Prefiero estar contigo hasta cuando salga el sol.
Y a pesar de aquellos otros que te insultan
Y te condenan cual si fuesen ellos Dios,
Y construyen argumentos y calumnias,
Me quedo aquí contigo hasta cuando salga el sol.
Y hablo de miseria y de matanzas,
Del monseñor que muere a bala;
Del hambre que hace ver a Cristo
En un fusil o una metralla,
Y del odio, que es el más favorecido.
Y hablo de nosotros de la masa,
Tan inmensa como falsa;
De las deidades y los ritos
Que a veces nublan la esperanza;
De la farsa de sentirnos ya escogidos
Pero a pesar de esta canción que es rabia pura,
Sólo sería otro cobarde si me voy;
Por eso estoy contigo hasta cuando salga el sol,
Peleando si es preciso hasta cuando salga el sol;
Yo te abriré camino hasta cuando salga el sol,
Te quiero y necesito hasta cuando salga el sol;
Iglesia y pueblo unidos
Hasta cuando salga el sol.