Dame pasión y consuelo,
dale sabor a mi vida como un granito de sal
¡Ay, de sal!, en mi cielo sé lucerito
y refresca mi alma herida
como un sonoro arroyito,
arroyito de cristal.
Tus ojos con su belleza
me hacen mucho mal
y si ellos en mi tristeza
son puñal, son puñal.
Los adoro y los venero
Aunque matándome estén
Mira si en verdad te quiero,
Mira si te quiero bien.
Por eso para mi vida
y también para mi mal
vuélvete novia querida
como un granito de sal.