En la puerta de la disco,
dos gallitos se pelean
y un ratero que es tan listo,
le echa el ojo a una cartera.
Un galán encorbatado muy formal y peripuesto
le solicitó un servicio
de esos que no paga impuestos
a una dama con la moral distraída.
Y en la acera de enfrente dos policías
disfrazados de secretas,
o es lo que ellos interpretan,
observando la jauría.
Y la luna brindando por ellas,
las mas bellas, las botellas,
y la noche pasando de todo
y los coches picándose quemando ruedas.
Y en el baño, más disparos
que en un espagueti western
y los gatos más que pardos,
son celestes.
En la esquina de la barra,