Te sienta bien el otoño qué gusto volverte a ver
¿Me recuerdas?, soy el plomo que por el setenta y tres
investigó tus costumbres y registró tu intimidad
para coincidir contigo como por casualidad.
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Aquél que cuando la tarde amenazaba llover
te esperaba con el alma prendida de un alfiler
para abrirte su paraguas y con él, su corazón.
El que te decía "hola" Y al que decías "adiós"
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