Me acabáis de vender.
Será que yo no valgo tanto como eso
que habéis cambiado por mí.
Estoy solo ante la ley.
En esta celda soy un preso
y me pudro aquí.
Y mi esperanza y mis ganas de salir
también se pudren y se mueren
junto a mí, junto a mí.
Ya nada hay que decir,
no tengo nada en la cabeza
que os pueda hacer sufrir.
Pero saldré de aquí
y de los años que yo pase aquí
os vais a arrepentir.
Y mi esperanza y mis ganas de salir
también se pudren y se mueren
junto a mí, junto a mí.
Me había olvidado del sabor
que tienen las cosas
y de lo bueno que es beber y beber
cuando todo va mal.
Se me había olvidado también
que a veces las horas
sirven para sentarse
y poder pensar,
poder pensar aquí.
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