Otra vez el huracán
conoce su conciencia,
como le paso a Juan.
El super que dirán
la culpa destilada
en cubas de roble.
y las palabritas que ahora,
resultan demasiado nobles.
Y el dedo que lo acusa
todo es al pedo,
como preparar una confesión
si solo fue animalización.
Somos resultado de la suma de sangre y espuma,
de las ganas contenidas de garchar
de nuestros anteriores.
¿Qué honores esperan los animales,
al hacerse cargo del asco de la sociedad?
de lo más prohibido.
Nadie los va a aplaudir,
ojalá los ensucie el olvido.
se dan cuenta,
pero prefieren reír que llorar,
sacar pecho de vampiro, o pegarse un tiro.
o no, o no
Debe ser el corte, ese nuevo corte careta
debe ser la anfeta
una conveniente conclusión
para una canción.