Un gigante,
cuando era infante,
lanzaba pedos
que daban miedo.
Y aquel
bellaco
a un gran saco
fue traspuesto,
por mo les to.
El gigante,
como un viento
descontento.
No se sabe si al fin
A grey
supo tratar gigantes
poco elegantes,
pero de ley.
Dale a tu niño besos,
pues para eso
nos llora el rey.