Yo vengo siempre a escucharte a ti
Y no te veo en mi iglesia, a escucharme a mí
Porque yo hablo de lo que sé,
Mientras que tú nos cuentas
Historias pa no dormir.
Si tú no tienes fe y no crees en Dios
Irás al infierno, bobo, ¡te lo digo yo!
O sea, si un hombre es bueno y no cree en Dios
¿Dónde irá al morirse?,
El asesino que sí cree ¿dónde va?
El cardenal no dormía bien,
El cardenal no quería comer,
Tenía una sola semana para responder.
Delante de todos sus fieles
Debía dar la solución
El último día, asustado, pidió ayuda al Señor.
Se adormentó debajo de la cruz,
Esperando ver su luz
Al lado estaba San Pedro,
Que lo miraba fijooooo
¡Tren para el paraíso, todos arriba!
¡Tren para el paraíso, dense prisaaaaa!
El tren al paraíso llegó a la estación,
Bajóse el cardinale y miró a su alrededor
Todo era aburrido, fatal desilusión,
Ningún color, ninguna maravillaaaa!
¿Dónde es el paraiso?,
Le preguntó a un viejo que pasaba y se rascaba la entrepierna
¡Déjame en paz!
Toda la vida currando, sin follar y decir un taco
Y mira ahora dónde estoy
¡Me cago en su puta madre!
¡Último tren para el infierno, todos arriba!
¡Último tren para el infiernoooo!
El cardenal tomó asiento, curioso por ver
Cómo sufrían los otros
Bajó del tren y alucinó
Viendo aquel infierno que nunca imaginó
No había fuego, ni dolor, ni rechinar de dientes,
Todo era una invención
Criaturas mágicas cantaban, laralala, temblaba el cardenal
Todo el mundo disfrutaba, nadie se lamentaba, lloraba el cardenal
Estaba Buda, estaba Sócrates, todo era divino
Había muchísimo vinoooooo
Temblaba y sudaba, no lo podía creer,
Que el infierno era eso que acababa de ver
Cómo era posible estar equivocao,
Tantos años mintiendo y ahora me han pillao
¡Qué les digo, qué les cuento!
Ya no me queda aire y tampoco tengo tiempo
No puedo inventar nada, nada puedo decir
Y ahora que llega mi hora,
Me quiero morir
El cardenal se despertó a la mañana siguiente