estos tres acordes
hay que escucharlos
Y siembra en su vientre una plegaria
Y es que nada, nada detendrá mi amor
Y hay que impedir que juegues para el enemigo.
Puedo hasta tocar el cielo
estos tres acordes
hay que escucharlos
Y siembra en su vientre una plegaria
Y es que nada, nada detendrá mi amor
Y hay que impedir que juegues para el enemigo.
Puedo hasta tocar el cielo