Tiemblen los alevosos *, los traidores, los despiadados
porque a campo traviesa un caballero salió a enfrentarlos.
Me han de llamar Quijote, no hay mal que me derrote
o peligro que me haga dudar.
A esta gran aventura he de lanzarme con compañía
de mi escudero Sancho, a quién elegí por su valentía.
Soy caballero andante, necesito un amor
y será Dulcinea toda la luz de mi travesía.
Va reinante tu locura
de tu oxidada armadura,
de tu cansado rossi *.
Caballero de la triste figura.
Perdóneme señor, pero es mi deber el notificarlo,
Que desde hace mucho tiempo no hay caballeros por estos lados,
Creo que las novelas le han afectado el coco,
Y no hay que ser doctor para descubrir que se volvió loco.
Yo no soy escudero ni he estado nunca en una batalla,
Si he venido a este viaje, es porque espero alguna paga,
Y esa tal Dulcinea a quien considera hermosa,
Es una campesina sin educar que se llama Aldonza.
Nadie vera tu glamura *,
tu magnífica montura,
las flores de tu jardín.
Caballero de la triste figura.
Cuando ya es de noche
y es tarde para repetirse
Sólo cierra los ojos,
las estrellas esperan por tí.
Las estrellas esperan por tí.
Las estrellas esperan por tí.
Si la vida es larga y dura
y aburrida la cordura
porque no vas a seguir
al Caballero de la triste figura.