Tan borracho como siempre,
en la acera se estrello
Le hizo mella el aguardiente
y un sudor que de repente, le detuvo el corazón
(Ahora ya es todo el rato igual)
y una lagrima rodó, y acabó su mala suerte
y un suspiro se escapo pa pedir perdón a dios
por no sér valiente.