Ya no tendré que rendir cuentas
allá en el cielo, aquí en la tierra.
Y tú eres como el caballo de Atila
por donde pasa nunca crece la hierba. (BIS, hasta
el caballo de Atila)
Permítalo Dios nunca más tenga que enamorarme
permítalo Dios que este mundo no escuche lo que dices
que el vino sea más vino y termine por emborracharme
que la niña bonita nunca más se disfrace de 15.
Permítalo Dios que te canten la nana de insomnio
que el sol que te alumbre sea en tu vida peor que un eclipse
que te toque un viaje donde vive y reside el demonio
pero que la niña bonita nunca más se disfrace de 15.
Ya no tendré que rendir cuentas
allá en el cielo, aquí en la tierra.
Y tú eres como el caballo de Atila
por donde pasa nunca crece la hierba. [BIS]
Permítalo Dios que te colmen de besos y abrazos
y aquel que te colme sea el apóstol Judas Iscariote
que sea la ignorancia la virtud que te lleve al fracaso
para que así me compares como a un tonto y sutil monigote.
Permítalo Dios que te ganen todas tus batallas
que sea persistente en la manera de cómo te quise
que se hagan latentes los recuerdos allá donde vaya
pero que la niña bonita nunca más se disfrace de 15.
Ya no tendré que rendir cuentas
allá en el cielo, aquí en la tierra.
Y tú eres como el caballo de Atila
por donde pasa nunca crece la hierba. [BIS]
Que no, que no, que no, no preguntes a nadie lo que es el amor
corre, mírate al espejo y dime si no eres la desilusión [BIS]
Ya no, ya no tendré
que rendir cuentas
allá en el cielo, aquí en la tierra.
Y tú eres como el caballo de Atila
por donde pasa nunca crece la hierba.
Ya no tendré que rendir cuentas
allá en el cielo, aquí en la tierra
y tú eres como el caballo de Atila
por donde pasa nunca crece la hierba. (TRIS)