En San Juan se unió
La hoguera y el dolor.
En una ciudad, que no sabía mal,
Se juntaron la herida y la sal
Y se sentaron Y hablaron
De miles de amores pasados,
Que escriben la historia de dos corazones
Que se olvidaron de lo que es amar.
El testigo fue la orilla del mar,
Son dos corazones
Que en la noche se entregaron para darse
Cien mil razones para no caer de nuevo
En las lágrimas del celo,
En los besos a escondidas,
En las camas compartidas,
En historias que estan muertas
Mucho antes de empezar.