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Disculpe señor
si le interrumpo, pero en el recibidor
hay un par de pobres que
preguntan insistentemente por usted.
No son pobres que piden limosnas, no
Ni venden alfombras de lana,
tampoco elefantes de ébano.
Son pobres que no tienen nada de nada.
No le entendí muy bien
sin nada que perder o nada que tener,
pero por lo que parece
tiene usted alguna cosa que les pertenece.
¿Quiere que les diga que el señor salió ?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita ?
"Santa Rita, Rita, Rita,
lo que se da, no se quita ?"
Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
desde la retaguardia, por tierra y por mar.
Y como el señor dice que salió
y tratandose de una urgencia,
me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa,
y que Dios, se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres y siguen llegando.
¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
si tienen en regla sus papeles de pobre ?
"Bien me quieres, bien te quiero,
no me toques el dinero ?"
Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor.
Vienen a millones y
curiosamente, vienen todos hacia aquí.
Traté de detenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé
Le dejo con los caballeros
y entiéndase usted
Si no manda otra cosa, me retiraré.
Si me necesita, llame
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado.