Por las mañanas
yo salgo con mis polluelos
y desayuno todo lo que haya
tirado en el suelo
y el otro día estaba picando con tanta prisa
que casi sin darme cuenta
piqué una piedra de grifa.
Con el moraso me fui pa casa volando
y en el pollete mi palomita estaba esperando
¿De donde viene
que llevo aquí esperándote un rato?
vengo de la Plaza España
de echarle cojones a un gato.
¿Y los niños donde están, que tanto tardan?
y están los cinco caios de espaldas.
Pues ya te puedes volver
allí de nuevo,
que cada uno de esos niños a tu mujer
le ha costado un huevo.
Volví de nuevo a la plaza
y alguien gritó "¿Kiyo tu que dise?"
y estaban los cinco pollos
dandole piñas a dos caniches.
Los tuve que separar
y uno de los perros me dio un buen curro.
Y ya desde aquel diita
cuando queremos desayunar
vamos a por churros.