Yo era un capo en el ambiente, derrochaba adrenalina;
me presentaba en Corrientes, tenía palco en el Colón,
manejaba un convertible, no escatimaba propinas,
las quimeras imposibles de otros eran mi rutina,
no había nacido la mina, que me dijera que no.
Pero pucha un veintinueve de aquél febrero bisiesto,
me vi pernoctando un jueves en un banco de estación,
sin más ajuar que lo puesto, ni credit card ni cobija,
las ratas que huían del marco del retrato de mis hijas
me afanaron hasta el marco creyendo que era art deco.
(Gatsie don Callóyeno!!!) (Adío don Tomasino!!!)