Beben el tiempo en martinis helados
y viven del viento del sur
que aparece y se va, que aparece y se va.
Corren y ríen y escapan después
son como estrellas que caen
al quedarse sin luz, al quedarse sin luz.
Aves extrañas heridas de amor
viven en jaulas abiertas al sol
sin cerrar, sin abrir.
Criaturas salvajes de novela dorada
palabras de plata en diez noches
de promesas hundidas
de promesas hundidas.
Flores de invierno en el hall de un hotel
pobres criaturas salvajes que al amanecer
se tiran del tren.
Miradas desiertas que son del color
de mapas perdidos en un túnel sin luz
sin hablar sin parar.
Heridas profundas sin cicatrizar
tumbas abiertas de amor
seguirán sin cerrar
seguirán sin cerrar.
Vidas enteras persiguiendo el olvido
por cien autopistas o más
como patas de araña
como patas de araña.
Son quizás también como yo
máscaras blancas sin un carnaval
sin saber, sin mirar.