Te he dicho que te quiero y, ¿ves?
sin quererlo lo vuelvo a decir.
Te nombro y me olvido, así,
de tanto día oscuro y gris.
¿Qué tan lejano puede estar
tu abrazo de niño que fui?
La siesta jugando a cantar
tu voz invitando a seguir.
Alivio de mi soledad
que siempre estarás
Compañera
madre mía, el tiempo es como arena en la tormenta;
Compañera
que tu luz alumbre mis trincheras
con tu paz ya no hay más guerras
aquí dentro, eternamente, madre mía. Compañera.
Alivio de mi soledad
que siempre estarás
Compañera
madre mía, el tiempo es como arena en la tormenta;
Compañera
que tu luz alumbre mis trincheras
con tu paz ya no hay más guerras
aquí dentro, eternamente, madre mía. Compañera.
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