Sé que en la orilla del día
tu nombre es la sombra
de un niño jugando en el mar.
Y que en la noche el espejo
te miente y te ves
caminando en otra ciudad.
Sé de un invierno que habita en tus ojos
y un ave en tu risa
que vuela hasta allá.
Y sé del silencio y tu pecho es la muerte
que habla entre dientes
y dejé doler.
Pero tu si, tu sabes bien como partir.
Pero tu si, tu sabes bien como partir.
Día tras día, año tras año
mi canto he regado
desde aquel jardín.
Por que detrás de tu nombre
unas manos cortaron las flores
que son para ti.
Porque yo no, nunca aprendí como partir.
Porque yo no, nunca aprendí como partir.
Pero en la noche,
callada te acuestas
y buscas recuerdos en la oscuridad.
Rozan tus manos
y un día del tiempo
presiento que quieres ponerte a llorar.
Pero te callas, y al alba te miras.
Pero te callas, y al alba te miras.
Pero tu si, tu sabes como partir.
Pero yo no, nunca aprendí como partir.
Pero te callas, al alba te miras.