¡¿De qué de hablar a la gente de las ciudades perdidas?!
Usted logró la entrevista y lo dejó a mi opinión.
¡¿Por qué podría aconsejar a la gente desvestida
que vive de la basura y se cubre con cartón,
que no avisa dirección?!
¡¿Qué le podría yo contar a su abuelo de la vida?!
Le pediría su consejo no le daría una lección.
Así vería en sus palabras de ciudades perdidas
las presiones, los sueños rotos, las pesadillas
cuando México neto habla a través de esa voz,
habla a través de su voz.
Ya hace rato que le vengo oyendo a usted
entre tonos y mofas cierta mala fe
Algo en sus preguntas hizo en forma tal
que a lo que contesto siempre suena mal.
Voy a recordarle que escribo canciones
sin más intenciones que de mejorar.
Ojalá que un día sirvieran y cuestionen.
Con que cada quién confronte una verdad
podría decir que funciona intentar.
¿Sabe usted dónde se hallan las ciudades perdidas?
Luego no estan perdidas se las puede encontrar.
¿Por qué no va y les pregunta a ellos de sus heridas?
Seguro que consigue un reportaje sin par,
algo para platicar.
¿Y quién soy yo para la gente de las ciudades perdidas,
que sobrevivo perdido en este tiempo y lugar?
También soy de una ciudad sobrepoblada y fría
que a veces se conmueve si nos mira llorar.
¿Para qué quiero más?
Nacer allá o aquí de eso nadie tiene la culpa,
nadie disfruta el derecho de elegir pienso yo.
¡¿Qué les puedo decir, qué les puedo contar?!
¡Piense usted también y ayude a contestar!
Y vuelvo a recordarle que escribo canciones,
unas son semillas y otras no serán.
Ojalá que un día sirvieran y cuestionen.
Con que cada quién confronte una verdad
podría decir que funciona intentar,
que funciona intentar.
A veces escuché de las ciudades perdidas.
¡Qué extrañas historias se puede uno hallar!
El que busca encuentra ciudades perdidas.
¿Por qué estan ahí? ¿Quién las dejó extraviar?
Nadie quiere huir a las ciudades perdidas.
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¿Qué secretos esconden las ciudades perdidas?
¿Hay memorias, historias, leyendas serán?
Algunos tienen miedo a las ciudades perdidas,
son gente decente se dejan tocar.
¿Cómo se reproducen? ¿Cómo se comunican?
¿Qué estarán maquinando? ¿Quién es su capitán?
Adivina qué habita las ciudades perdidas.
¿Son hostiles, seniles de abriles febriles,
roedores, rumores, actores
de la dirección marginal de algun reino animal
olvidado, guardado;
que a veces se ve pronunciado entre dientes
hirientes, dolientes, carentes, durmientes,
pero inteligentes;
que toman, que roban, que inculpan, que piden
y hasta sobreviven,
y de los que nadie quisiera encontrarse en un alto
en la esquina, ni en los callejones,
ni hallar entre líneas sus rostros burlones?
Porque aun es posible dejar de mirar.
¿Y cómo? ¿Y cómo? ¿Y cómo lo ves tú?
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