Sobre la dolida palabra del hombre
Y en la carne triste de su soledad
Enciende la copla su estrella legüera
El canto amanece y el hombre se da.
Qué sería de mi alma sin esta guitarra
Si quieren cantar, cantemos
Si quieren pelear, peliemos
Me han de escuchar
El vino ya prende su brasa dormida
El canto amanece y el hombre se da.
Por este sendero revienta mi grito