Tengo una petición para ti, Jesús;
Déjame en tu regazo recostarme,
Porque tribulación ha llegado a mí,
Mis ojos están gastados de tanto sufrir,
Y los que estaban a mi lado ya se han ido.
Coro
Si mi vida es caña cascada no permitas que se quiebre;
Si es pábilo humeante,
Que no se apague;
Porque como el firmamento,
Aún más grande es tu misericordia,
Permíteme que de tu mano fuerte me aferre.
II
Oh, Señor Jesús no tengo a dónde ir;
Sólo tú tienes palabras que me hacen vivir,
Cual tamo que lleva el viento me han desechado.
En grande oscuridad estoy, no puedo escapar,
Sólo tu santa gracia me dará libertad,
Sólo en ti, éste, mi ocaso, amanecerá.