Cuando ponen el pan en la mesa,
o llueve y alguien compra facturas
mi corazón se sube a la cabeza
Y me pongo a recordar a esa criatura
preciosa entre mujeres hermosas,
no como otras que andan sin comparación
atendía en una panadería a la que iba cada día siempre yo
Antes de irme a Nueva York.
Deme medio de grisines vamos esta noche al cine
deme cuatro cañoncitos y con el vuelto un besito
deme un kilo de masitas y arreglemos una cita
no le pido unos descuentos, solo una cena en mi departamento.
Pero solo le logré robar una sonrisa,
y un alfajorcito seco de maicena
yo era apenas uno más en su clientela,
me trataba con distancia y mucha prisa
no encontré mejor manera de venganza,
que apoyarle la poronga en la balanza
185 gramos son 43 centavos o tenés el pan barato,
o te llamo al sindicato del pedazo
porque si esto es lo que vale para vos,
muñeca, te olvidás que es pan de dios.
Supe que dejó el trabajo el mismo día,