A la cruz de tus ojos, en madrugada, se pierde el mal
Un nuevo día es tanto que hace bien y que salva
Te vi bailando sola entre exceso y discreción,
buscando historia, juntando años
Sobre mí se abre tu flor de humedad
En muchos de tus lugares con el amor no alcanza
Buenos Aires, ciudad del sino, duende de un destino
Ante la luz de tus amores, de tu misterio divino,
hoy no sé, mañana tal vez, caiga rendido
El tiempo y el agua que tiene hoy este río